Dividimos la jornada de trabajo en dos partes: primero limpiamos el Villar y un trozo del camino de acceso. Cuando pega mucho el sol nos guarecemos en la Estanca y la recorremos. Sacamos dos bolsas de basura, nada comparable con las 25 bolsas que sacamos en noviembre en el marco del proyecto Transitando.
Nos llama la atención, como en aquella ocasión, los envoltorios de caramelos que encontramos a lo largo de todo el recorrido. Papeles de caramelos sin azúcar que encontramos cada 10 metros, a veces agrupados. Es un misterio ¿quién pasea por la estanca tirando envoltorios como las miguitas de Pulgarcito?
Mañana más.
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